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Diferenciación

La diferenciación determina el grado en que los públicos perciben la marca como una propuesta y experiencia única en el mercado. Para determinar el nivel de diferenciación de una marca, es importante hacerse las siguientes preguntas:

  • ¿Nuestros productos o servicios cuentan con una superioridad funcional clara?
  • ¿Tenemos una promesa única en el mercado?
  • ¿Contamos con una identidad visual icónica y reconocible que va más allá de un logotipo?
  • ¿Hemos desarrollado una identidad verbal propia que plasma en palabras nuestra personalidad de marca?
  • ¿Ofrecemos una experiencia que supera las expectativas que tienen los clientes de nosotros?

¿Qué beneficios aporta la diferenciación?

Que tu marca cuente con un buen nivel de diferenciación contribuye a:

  • Destacar y sobresalir en un mercado saturado o en el punto de venta.
  • Aumentar el recuerdo y dejar huella en la mente de los consumidores, haciendo que la marca sea más reconocible e icónica.
  • Evitar competir en precio y permite aumentar el margen de los productos o servicios.

¿Cómo mejorar la diferenciación?

Para trabajar la diferenciación es recomendable que lleves a cabo las siguientes acciones:

  1. Multiplicar el valor del producto mediante la experiencia de usuario.

La mayoría de negocios no tienen una superioridad funcional abrumadora, por lo que es complicado argumentar que eres la mejor opción por producto o servicio. Eso sí, puedes partir de un buen producto o servicio y multiplicar su valor a través de la experiencia de marca que ofreces.

  1. Determinar la propuesta de valor.

Es muy habitual que las marcas centren sus propuestas en sus productos y servicios, olvidándose de que lo realmente importante es cómo dan respuestas a sus necesidades y motivaciones. Por eso, después de analizar tu contexto y tus públicos, define la solución con la que puedes satisfacer sus necesidades y aportar un beneficio desde lo que se te da bien.

  1. Contar con una identidad visual icónica y reconocible.

La identidad visual va más allá de un logotipo y de lo puramente estético, ya que debe transmitir la propuesta de valor de la marca y su personalidad. Tu sistema visual debe tener la capacidad de expresarse en todos los puntos de contacto de forma coherente y consistente, para que tu marca sea reconocible en cualquier soporte incluso sin logotipo. 

  1. Definir la identidad verbal.

La forma en cómo se expresa una marca y lo que dice es una declaración de su personalidad, su propósito y su cultura. En este sentido, la identidad verbal te permitirá dialogar de forma única y memorable, con un discurso capaz de convencer e inspirar a tus audiencias. 

  1. Superar las expectativas de los clientes.

El factor wow es la capacidad de sorprender a tu cliente, de enamorarlo con un detalle que sienta la necesidad de compartir y, por supuesto, de volver a repetir. En definitiva, contribuye a la fidelización y promueve la recomendación. 

Para conseguir este efecto es necesario revisar la experiencia del cliente y agregar valor en alguna etapa del proceso.

Y ahora que sabes a qué nos referimos cuando hablamos de diferenciación, ¿quieres descubrir el siguiente parámetro clave para medir la fortaleza de marca? Te explicamos la coherencia en el siguiente artículo.

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